Expertos de la Universidad de Exeter se suman a la demanda global para prohibir la explotación minera en alta mar

Ante la falta de regulación en las fronteras oceánicas que no pertenecen a ningún país, un colectivo de especialistas ha alzado su voz. Juntos, piden a la comunidad global evitar la explotación en alta mar, haciendo un llamamiento urgente para su prohibición.

alta mar
“Alta mar” son aguas que están fuera de la jurisdicción nacional.

La pesca, la minería de los fondos marinos y la explotación de petróleo y gas se consideran actividades extractivas, de las cuales la alta mar permanece mayormente desprotegida. Estas extensas aguas escapan a la jurisdicción nacional, lo que las hace potencialmente vulnerables a la explotación.

Expertos de la Universidad de Exeter y científicos de renombre coinciden en que la explotación en estas aguas debería prohibirse permanentemente. El profesor Callum Roberts y sus coautores argumentan que toda actividad extractiva en la zona debe cesar para evitar daños irreversibles a la biodiversidad marina, el clima y la equidad oceánica.

Un paso hacia la protección de los océanos del mundo

La prohibición representaría un paso importante hacia la protección de un tercio de los océanos del mundo para 2030, como se explica en el Marco Mundial para la Diversidad Biológica acordado en 2022. También podría contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para la Vida Submarina.

El Tratado de Alta Mar de las Naciones Unidas anunció en junio de 2023 vías para una mejor protección, pero su implementación podría llevar años. Por ello, afirman, se requieren medidas urgentes.

“La vida en alta mar es vital para la capacidad del océano de almacenar carbono y es demasiado importante como para perderla”, dijo el autor principal, el profesor Callum Roberts, profesor de Conservación Marina en la Universidad de Exeter e investigador principal del Convex Seascape Survey .

En su comentario recientemente publicado en Nature, el equipo de Roberts señala que las actividades extractivas deben cesar definitivamente en alta mar para proteger el clima, al tiempo que se restaura la biodiversidad marina y la función del océano para las generaciones futuras.

Los expertos sugieren cuatro razones clave para esta prohibición:

  • Estabilidad climática
  • Biodiversidad y pesca
  • Petróleo y gas
  • Minería en aguas profundas

“El mar es un regulador crucial del sistema climático terrestre”, explicó el profesor Johan Rockström, director del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático. “Protegerlo es esencial para preservar la estabilidad global y evitar puntos de inflexión peligrosos que amenacen la vida en la Tierra”.

“Esta no es una demanda ambiental marginal”, añadió Mark Lynas, periodista climático y coautor. “Poner fin a la explotación en alta mar es una decisión con fundamento científico, económicamente sensata y moralmente urgente si queremos evitar el colapso ecológico”.

Una colaboración por una causa

No solo expertos de la Universidad de Exeter participan en esta importante convocatoria, sino también una multitud de expertos en su campo de todo el mundo.

El equipo incluye a Sylvia Earle, oceanógrafa pionera, exploradora de National Geographic y fundadora de Mission Blue; Ove Hoegh-Guldberg, FAA, experto líder en cambio climático y océanos, y profesor emérito de la Universidad de Queensland; y Rashid Sumaila, economista oceánico y profesor Killam de la Universidad de Columbia Británica.

Su artículo, ampliamente colaborativo, se basa en el Convex Seascape Survey, con el que colaboran la Universidad de Exeter, la Blue Marine Foundation y Convex Group Limited. Se trata de un ambicioso programa para comprender cómo los ecosistemas del fondo marino contribuyen al almacenamiento de carbono y descubrir las mejores maneras de protegerlos. El debate sobre la protección de alta mar, en particular, es vital para asegurar la salud de los océanos.

Referencia de la noticia:

Why we should protect the high seas from all extraction, forever. Comment. Nature. June. 2025. DOI: 10.1038/d41586-025-01665-0